martes, 16 de octubre de 2012

Jornadas de bocadillos solidarios de autor en Madrid


Si me dais la oportunidad, os contaré una pequeña historia (y si no, también, que para éso el blog es mío jaja).

Era Enero de 2011. Trabajaba en Arizona, Bilbao. Y había algo en Madrid que me llamaba. Que me llamaba a gritos.
Cuando escuché esos alaridos con mi nombre, entonces, dejé el trabajo, y me metí de lleno con Dianos Cook. Quería explorar mundo, conocer gente... Y me uní a facebook, a miles de personas que eran desconocidas por aquel entonces.

Un día encontré a Juan Pozuelo. Vaya. Resulta que, cuando tenía diez años, que me picaba la venilla culinaria, le veía en aquella cadena que tan pronto se veía como no, canal 29. Ya sabéis, venía de Etxanobe, y a Fernando le conocí por Localia, asi que Juan no podía ser menos. Era parte indestructible de mi infancia junto con mi hermano.

Así pues, me propuse conocerle.

Y vaya, a veces el destino es un poco cabroncete. La primera vez que fui a Madrid, tenía él un compromiso en Hamburguesa Nostra, del mercado de San Miguel. Me dijo una hora a la que estaría, y yo fui. Pero el metro se estropeó a mitad de camino, y no pude llegar a tiempo. Tuve que volver a Bilbao, con la cosa dentro de que había fallado. Pero meses después, cuando ya trabajaba en Ramses, algo increíble ocurrió.

"Va a venir un chef a ayudarnos con la carta. Se llama Juan, me parece. Lleva algo de unas hamburguesas"
Como si de un cómic se tratase, mis engranajes comenzaron a girar, y caí en la cuenta de que era él, no podía ser nadie más.
Llegué aquel día y mi compañero Miqui, me dijo que allí estaba, en Bistrot, haciendo pruebas.
Me quedé paralizada un buen rato pensando qué hacer. Y entonces busqué una excusa (que ni siquiera recuerdo), para subir. Y me asomé. Y simplemente me quedé mirando a quien tantas veces había visto a través de una pantalla.
Lo que sentí en aquel momento, fue un espectáculo. 


Luego se marchó y vinieron otros eventos en los que coincidimos. Nunca ha faltado su interés por como siguen las cosas, por cómo me van. Y en fin, para mi, que una figura de semejante valor se preocupe por mi trayectoria, es increíble. Me encanta verle aqui y alli, en Millesime, Salón del Gourmet, y ahora en esta muestra de solidaridad: Bocadillo Solidario de Autor Madrid 2012.



Por otro lado, no podía faltar la visita a Alberto Chicote. ¿Que no he podido acceder a saludarle porque tenía a cincomil periodistas rodeándole? Pues también os puede constar. Pero el señor Chicote es muy mediático, y ahora que ayuda a otros restaurantes a salir de la mierda en la Sexta, aun más.

No os preocupeis por las lágrimas que estáis secando de la historia anterior, porque aqui viene otra.

Cuando me marché de Bilbao, hablé con mi padre gastronómico para que me ayudase a encontrar un sitio en Madrid que respondiese a mis inquietudes culinarias. Me habló de Alberto. Me dijo que podía aprender mucho de él, que era una gran persona, y mejor cocinero.
Asi pues, mi meta al llegar, fue entrar en Nodo o Pan de Lujo. Dado que el primero quebró, resultaba un poco dificil, asi que aposté por Pande. Y mientras, como una tiene necesidades dineriles, me metí en Ramses "por una temporada" (que alcanza ya casi un año y medio), ya que me recomendaron Bistrot como un restaurante de muy alta categoría... Y claro, cuando vi sus instalaciones, no pude parar de llorar de emoción en una semana.
Pero la cocina de aquel entonces, era bastante pobre (por suerte, ha ido mejorando, hasta que ahora, como ya sabéis, trabajamos bajo las órdenes de Ricard Camarena [Valencia, una estrella Michelín]), y mi ambición era cumplir lo que mi padre me aconsejó.
Así que nunca dejé de ir, una y otra vez, a dejar mi currículum. Alberto ya sonreía cuando me veía por allí dejándolo. Conocí a tres jefes de cocina distintos. Y al final, ocurrió el milagro y me llamaron. Dejé todo de un día para otro, y me marché alli.

Por desgracia, las navidades, trajeron con ellas muchísimo trabajo, y en la oficina no eran muy amables (es de todos conocido que por poco acabo viviendo bajo un puente gracias a su simpatía).
Asi que llegó un momento en el que tuve que renunciar, porque acabó siendo un caos absoluto, y mi salud no podía más con ello (fue irme yo y se fue Alberto, asi que ni tan mal).
¿La experiencia alli? Muy dura. Muchísima responsabilidad y trabajo. Muchas heridas y quemaduras, muchísimas horas. Pero alli aprendí a organizarme, a perseverar aunque me pusieran cinco paredes delante. Aprendí que los biberones no se rellenan si no están limpios. Aprendí lo que era devoción por cocinar. Sangre.

Asi que cuando volvi a verle en el Salón del Gourmet con sus ostras, o en Madrid Fusión, me removió.
No podía faltar hoy para que deleitase mi paladar con su aportación al bocadillo.

Y ahora que os he soltado los diez últimos salmos de la Biblia, os preguntaréis qué huevos llevaban los bocadillos. Huevos no llevaban, pero la simbiosis de sabores de cada uno, era espectacular.

Juan Pozuelo, por supuesto, optó por una hamburguesa de carne de ternera con boloñesa de pollo, pimiento asado y alioli de aguacate.

Alberto Chicote optó por uno de pastrami, queso de cabra, pepinillo, rúcula, jengibre y mostaza.

Además, muy céntricos los dos, eligieron Gold Gourmet y Poncelet Cheese Bar. Ya había estado en los dos sitios, y me ha encantado volver :)