jueves, 20 de diciembre de 2012
Return to innocence
Hoy lo he visto claro.
Con mi nuevo horario de esclavitud laboral (12 horas partidas en dos, con tres cuartos de hora de desplazamiento cada vez que voy o vengo), poco tiempo me queda para cocinar en casa (impensable cinco días a la semana), y cuando puedo, ni tengo ganas de hacerlo.
Sin embargo, parece que hoy era condición sinecuanon cocinar. Después de tanto tiempo sin hacerlo, y tratando de pensar en una receta para el concurso de quesos, una tragedia ha ocurrido, que ha cambiado mi rumbo.
Hoy he recibido la noticia de que uno de mis más aferrados confidentes, mi amigo y mi guía, mi futuro maestro de artes desconocidas, se ha marchado para no volver.
El duelo consta de muchas partes, ya lo sabéis, y yo debí entrar en modo negociador...
Tras rociar Madrid en lágrimas, cuando he visto cómo me arrebataban la poca motivación que me quedaba al arrebatármele a él, he decidido buscar otra rápidamente para sustituirla. Y cláramente ésta era el concurso.
No os miento si os digo que llevo meses pensando en qué presentar. Le daba vueltas y vueltas a una idea que no tenía pies ni cabeza, sin continuidad ni sentido alguno.
Mi creatividad por los suelos, mis ganas no existían...
El seguir insistiendo en que pasaba una mala época, carece ya de sentido, y desde luego no es excusa inexorable de mi falta de respeto por mi misma y la cocina. Inaudito descontrol del blog...
Día tras día, concibo en mi mente cómo sería volver a la cocina... Salir de una vez de la pastelería y hacer algo que estuviese en armonía conmigo. Que sintonizase conmigo.
Y ahora, que elegía con mi hermano el menú de navidad, escogí el pescado, como tantas otras veces en mi vida.
Y es que la decisión que tomé hace ya cinco años, sigue latente. Traté de darle la espalda por un sueldo fijo al mes, pero éso ha estado a punto de matarme.
La gente se mofa de los que dicen que la cocina les recorre las venas. Creo que hacía mucho tiempo que no me sentía tan en paz conmigo misma, como durante el día de hoy, que ha seguido a la "magnífica" noticia de la pérdida. Hoy he vuelto a untarme de huevo hasta los codos. He rociado la cocina con pan rallado, he calentado aceite, he hecho crepes y bizcochos, he pensado recetas, he dado vueltas a platos, he conseguido algo que homogeneizaba sabor y textura en una sola cosa. He hecho exactamente lo que quería hacer.
Al pensarlo, una lágrima me recorre la mejilla. Me había dado la espalda. A mi y a la Dianos Cook que tengo dentro.
Siempre le tuve envidia, porque hacía lo que quería. Y es curioso que le conociese en el momento en que giré la cara a mis obligaciones, por hacer lo que realmente necesitaba hacer. Él me alentó, como en tantas otras ocasiones, a seguir el camino de mis sueños. Y en eso, nunca dejará de ser mi mentor...
Hay veces que, al convertir la vocación en el trabajo, entran en conflicto, y se acaba perdiendo la vocación...
domingo, 18 de noviembre de 2012
Diana, ¿por que hablas sola?
Hablar solo. Aquello que en la calle se ve en ancianos y fumetas variados, y que se relaciona con personajes fuera de sus cabales.
Pero, ¿que seria de los cocineros si no hablasemos solos? Recuerdo aquellos servicios con una total falta de personal en los que solo habia uno para pasar calientes, frios, sushis, panes, postres y comandas. Si en esos momentos no nos hubieramos dedicado a hablar solos, si no nos hubieramos autocantado las comandas, corrido de una parte a otra de la cocina despotricando solos y lloriqueando cual caja de pollos... Nos habriamos pegado un tiro. Y es que en momentos de estres extremo o "estresemo", lo cual no tiene ningun sentido, pero me apetecia inventarme la palabra, lo mejor es que hables solo. ¿Quien va a entenderte mejor que tu? Pues quien te oiga. Porque detras de cada pared, siempre hay alguien, y ese alguien dira una payasada que hara que el cabreo disfrazado en broma, no termine en sacar un bazoca y erradicar a los clientes del lugar en cuestion. Asi es amigos. Hablad solos... Contaos vuestro dia, las cosas que teneis que hacer, los planes de futuro, recuerdos del pasado... Lo que sea, ¡pero hablad solos! Pronto vendran a recogeros señores con bata blanca y os llevaran a un sitio lleno de arcoiris y unicornios que pastan en praderas del señor en las que no hay que temer, o algo asi.
Y todo esto no viene por casualidad, sino porque esta mañana me han fundido tanto los plomos, que me he pasado diez minutos despotricando sola por los pasillos de las camaras, mientras cientos de patas de lacon me golpeaban por todas partes. Y es que hoy era dia de brunch. Y ya sabemos lo que eso significa. Veinte personas desbordadas por las circunstancias corriendo de un lado a otro con huesitos de chocolate en un carrillo de la boca, moras rojas en el otro, y maltesers deshechos en los bolsillos.
"¿Que ensaladas tenemos hoy?" "Fues la fai, fon finafreta fe fefamo, fimienta malafeta de Frasil y leche cruda de coco. ¿O eso era el queso curado?"
En la ultima frase has conseguido tragar la loncha de lacon iberico con pimenton de la vera, pero antes has aprovechado para aderezar la cremita de roquefor y coliflor con un toque "propio".
Esto es un poco exagerado, claro, pero es que en los domingos de brunch, sabes como entras, pero no sabes como saldras. Mucha gente se ha demenciado en el servicio y jamas la hemos recuperado. El caso mas fulgurante soy yo, que me perdi hace cuatro semanas, y no ha habido manera de encontrarme. Pero me gusta tanto hablarle a una pared... "Muy buenas tardes. Señora, si tiene alguna duda, no dude en pedirme asesoramiento" Cri cri... "¿Señora? ¿Continua usted respirando?"
...
¡A quien podria desagradarle un domingo de brunch! Que te pidan socorro en el pase, y te encuentres con VEINTICINCO comandas marchadas, no tiene precio :) Por esos momentos me hice cocinera, seguro :)
sábado, 17 de noviembre de 2012
La queimada
Ayer decidi darle un poco de rumbo a mi estomago y hacer algo diferente; salir de la langosta termidor, las angulas, el caviar con crema agria y el foie micuit, ya sabeis, lo que suelo comer tanto cuando libro, como cuando como en el trabajo. Y como llevamos ya tres semanas ofreciendo en el brunch (aunque el que mas y mejor lo hace es mi compañero Roberto, con esas historias sobre la coliflor de su madre, o algo asi...) una crema con roquefor, y ahora tambien va en el menu, de tanto olerlo, recorde aquellas bilboko jaiak en las que hice la pasta al queso azul con pollo y champiñones. Y me vine arriba. Un culin de whisky, una pechuga de pollo (o media, segun lo mires), champis, y roquefor. Joooooe vaya festin para el paladar. Y para los bomberos, porque aquello de flambear con media botella de whisky, tiene sus consecuencias. Y el asunto no es mas que un pecado capital: la avaricia. Flambeas con un poquito, y no sabe... Flambeas con otro poquito, se churrusca y no sabe... Le echas cinco litros, le prendes fuego, aprovechas para quemarte a lo bonzo, depilarte las cejas, los brazos, te haces la brasileña, usas como leña los muebles de la cocina..., y no sabe!
Nah, la verdad es que si sabia, y muy rico. Y el resto de materia, no sabria decir la cantidad, pero solo por la de whisky, ya me dio para comida y cena ;p
martes, 16 de octubre de 2012
Jornadas de bocadillos solidarios de autor en Madrid
Si me dais la oportunidad, os contaré una pequeña historia (y si no, también, que para éso el blog es mío jaja).
jueves, 12 de julio de 2012
Manda huevos... Y mandaron una docena
Digo, que para los que comprais en centros comerciales como Mercamona, Carrefive, Erospi o Hiperamor, este envase huevil se os hará muy familiar.
Ahora bien, como por desgracia desconozco cual es el sector poblacional (o algo asi) que me lee... Pido ayuda a los más mayores, de mediana edad. Y es que la cuestión manda huevos de verdad.
Porque yo recuerdo con amor todas aquellas tardes de sábado cuando era pequeña e íbamos a comprar, que la primera parada eran los huevos.
Y el momento era muy especial, porque venían presentados en aquella cajita que podía abrirse para comprobar el estado de los huevos.
Mi madre hacía una búsqueda exhaustiva de alguna rotura, pluma o... O caca, vamos... Y solo cuando había comprobado que los doce huevos estaban en perfecto estado, adquiría el cartón.
Y ahora, ¿qué? Pues ahora te venden un cagarrutio de cartón con plástico encima, que se rompe igual de fácil peeero... Encima le ponen un film indestructible por encima para que no puedas apreciar de cerca los huevos que te estás llevando... Señoras y señores, ¡se pierden las buenas costumbres!
Yo quiero seguir perdiendo quince minutos de mi tiempo en inspeccionar los huevos... ¡Y por cierto, nos hemos dado cuenta de que ya no son blancos!
domingo, 1 de julio de 2012
Debut en eventos
La historia que os voy a contar a continuacion es dura, quiza muchos de vosotros acabeis llorando... De risa.
Si me permitis echar la mirada ligeramente hacia atras, puedo concluir que, en mi vida, mis debuts siempre han sido un poco irrisorios (por supuesto no en aquel momento...).
Por ejemplo, en cuestion de hosteleria, la primera vez que me toco ser jefa, mi subordinado se paso tres horas (juro que no exagero) buscando un limon para arroz con leche.
¿Y en mi vida personal? Cuando perdi la virginidad, mi chico, desesperado sin encontrar eso que tenia que romper, me pregunto agarrandose su "desvirgador": "¿y esto como se mete?"...
En fin, estoy acostumbrada, y miles de historias jocosas han salido de cada uno de mis debuts en la vida. Pero hay limites, que ayer sobrepase.
Era mi debut en Ramses como responsable de eventos y, pese a que estas ultimas semanas ha habido bastante barullo en cuanto a cual era mi puesto concreto (ayudante de eventos, ayudante de show cooking, pastelera, borracha, loba, o todo a la vez...), la verdad es que me lo he pasado genial: odio la rutina, y no la he tenido en absoluto.
Total, que ayer era un debut fantastico, como planteamiento por lo menos, porque era un grupo de 10 con menu degustacion ya marcado y era en bistrot, mi cocina de referencia en Ramses.
Entre servicios me calce mis zapatillas floreadas de hacer deporte, mi "walkman" (en esta frase pega mas que mp3, no se porque) y mis shorts-braga para ir practicamente corriendo a currar.
Me vine tan arriba, que llegue dos horas antes, intente cenar un colorante con arroz... Diigo un arroz con colorante, asisti a una reunion de camareros, y bebi cinco vasos de agua, dos cafes, un zumo y una cocacola.
Despues de que el maitre me pillase haciendo algo muy vergonzoso, a lo cual gracias a dios no le dio ni la mas minima importancia, con todo en place, me sentia completamente preparada para que esos simpaticos comensales vinieran a degustar nuestros platos.
Empezamos el evento sabiendo que en vez de ser 10, eran 15. Vuela arriba y abajo buscando mas comida que no habia, semiduplicando la place y cagandome en las putas de Jerico.
Pero de todo se sale, y gracias a mi apreciada Yanet, souschef (office) y a Jose (mi jefe), sali del tiron.
Tambien hay que dar las gracias porque en ningun momento me senti presionada: cocinaba para quince multimillonarios que se dejaron seismil euros, estaba "sola" y mis camareros eran, los dos directores de Ramses, y el maitre, que me habia pillado en la mierda.
Despues de que tuviera comida para quince (que me sacaron no se ni de donde), ahora en vez de lubina, tres de ellos querian merluza. O sea, que de esas cinco que me habia sacado del culo, tres de ellas debia volver a introducirmelas alli...
Primeros platos sin (mas) impedimentos, todo como la seda incluso con los nervios de punta...
Y entonces, a la hora de emplatar la lubina, como Yanet y yo ya nos habiamos venido arriba ante el fulgor del evento, no hubo quien nos parase... Horneando la lubina, las merluzas, glaseando la paletilla de cordero... Bueno, aquello era un no parar. Yanet, dueña de la cocina, ante tanta bandeja, decide emplatar la paletilla antes de la lubina, y en su plato, con su guarnicion y todo, ella es asi, cocinera fusion.
Ahora veis la cara del director ante mis alaridos tirandome en plancha desde el otro lado de la cocina para intentar detenerla en su labor.
Salvando aquello, la verdad es que su ayuda fue inestimable. Pero en aquel momento hubo un paron del menu, y como ya llevaban diez botellas de Don Perignon, decidieron beberse otras diez antes de que la paletila les llenase el estomago. A todo esto, yo segui durante las dos horas de paron, glaseando la paletilla. Porque yo soy asi. Yo me vengo arriba, y si acaba siendo glasa con cordero en vez de cordero glaseado, pues es asi. Y no hay mas.
El caso es que, mientras decidimos limpiar y ordenar la cocina aprovechando el tiempo, que si ordena los poleos por sabores, que si encuentra delantales y usbs perdidos y olvidados, que si hay dos toneladas de servilletas hechas un guiñapo y distribuidas en tres cajones, que si encuentras un comandero con comandas de la carta que habia hace un año... En fin, lo tipico de todos los dias. Y ya se sabe, cuando Yanet y yo nos ponemos a limpiar y, sobre todo si nos hemos venido arriba previamente, ya no hay quien nos detenga.
Y que viene el maitre, y nos marcha las glasas con cordero... Digo el cordero glaseado... Y yo que lo meto al horno despues de verlo ahi tirado en las bandejas durante toda la noche. Y sigo limpiando como si no hubiese mañana. Y que el maitre detiene la marcha. Y que yo le digo vale...
Y que sigo limpiando y... "Huele como a pan quemado, ¿no? y... ¿y las paletillas, donde las has...?" y que las ruedas de engranajes de mi cabeza empiezan a girar.
Abro el horno y sale una nube toxica de glasa parisien (vease definicion de salsa paris como azucar hecho caramelo hiperquemado, usado en otras elaboraciones y salsas para aportar color oscuro). Yanet tirada en el suelo despatarrada de risa, y yo preguntandome que hacer. ¿Os creeis que no estaba quemada? La magia de las doce capas de glasa, amigos... Asi es, y asi os lo hago saber.
Espero que leais esto todos aquellos que estais empezando y que os sentis tan mal al cagarla. No os preocupeis, llevo un año cocinando profesionalmente y aun la cago. Y si la cago, lo hago bien fuerte, ya que estoy...
domingo, 24 de junio de 2012
Croquetas que se autoempanan con nitrógeno líquido
viernes, 22 de junio de 2012
El puñetero brownie
Recuerdo con horror el día que variamos la carta por primera vez. Los postres eran un tanto peculiares, y las pruebas que me endilgaron fueron, una tras otra, un fracaso.
Nada tenía el aspecto que debería, y tuvimos que arreglarlo.
Una persona, a la que desprecio con todo mi corazón, decidió que uno de los postres se podía mejorar de una manera que lo hacía mucho más insano de lo que ya de por si era (azúcar, mantequilla, más azúcar, y aun más mantequilla). Yo propuse cambiar la receta, razón por la que estaba con ese aspecto tan súmamente ponzoñoso, y no fui escuchada.
Tal vez os parezca una bobada, pero me dolió treméndamente... Ver que al cabo de dos semanas, fue esa persona quien pidió cambiar la receta, y se hizo...
Chichi penetrado y afrancesado |
Sin recordar si el hojaldre que va asi tal cual, hay que fermentarlo o no, olvido ponerle peso y queda de nuevo con formas divertidas, como cuando intenté cortar granna padanno en rajitas y organicé una batalla campal en la que aun sigo sin saber si ganó él o yo...
El brownie, por otro lado, queda fantástico, con un chantilly de fresas hecho al momento.
Los emplatados han sido múltiples, hasta que hemos conseguido dar con el menos feo... Hemos pasado por la fase de "chichi penetrado", "afrancesado", "algodonoso" y por fin... El único que ha merecido un par de miradas en vez de gorgeos pre-vomitorios.
Al cabo de un servicio verdaderamente nefasto, en el que cortaba chorizo, salchichón y lomo ibérico al lado del brownie y la chantilly en manga con boquilla rizada, que hasta se ha alisado del disgusto... Una bronca por lo mismo de siempre, que me ha demostrado que no soy la única que se siente escupida cuando...
"Tratas de hacerlo lo mejor posible y siempre hay alguien que viene a decirte que lo haces mal. Cómo lo haría esa persona a la que no has pedido opinión."
Acabado final |
Esta vez no he sido yo la protagonísta. Pero he estado presente en el altercado, he escuchado ambas versiones, y he llegado a la determinación de que hay que medir muchísimo las palabras, y quién se lo dice a quién, porque lo que trata de ser un consejo, puede convertirse en el peor de los errores ofensivos...
jueves, 21 de junio de 2012
Clase de Macarons con Justo Almendrote
En plena explicación |
Aerógrafo, Diana. Diana, aerógrafo (por fin) |
La foto con la que culminó el curso. Maestro y alumna :) |
miércoles, 7 de marzo de 2012
Madrid en menos de un año.
viernes, 17 de febrero de 2012
Patatas con champiñes barriguitos
Tras dejarme calvo el brazo izquierdo y tener que renunciar a mis yemas dediles gorda e índice, puedo decir, que he conseguido meter los champis al horno. Éstos están marcados en sarten con bien de mantequilla (yo creo que en otra vida fui francesa). El mejunje que hay al lado es un majado de ajo, perejil, vino blanco, y los pies marcados de los champis con algo de pan rallado.
Es una lástima, porque en pro de hacer el plato, ahora mi biceps derecho está hiper desarrollado, el otro calvo... Es lo que tiene motivarse a tope con el mortero por un lado y por el otro, emplatar junto al fuego sin preocuparse de que huela a pollo quemado... ¡Pero no pasa nada! La vida es más divertida cuando puedes contarles a tus amigos (si eres cocinero no tienes relaciones sociales, pero te las inventas) que te falta una uña, que a un compañero tuyo le colgaba la yema de tres dedos, o que metiste la mano en una freidora con aceite a 180º mientras tratabas de limpiarla... ¿¡A que si!? Cuando salgan estas preciosidades del horno, podéis ver el resultado en Diano's Cook FB. ¡Pulsad me gusta para enteraros de todas las novedades!
jueves, 16 de febrero de 2012
Pollo a la naranjimón
jueves, 9 de febrero de 2012
Patatitas asadas con salsa carbonara
sábado, 4 de febrero de 2012
Pensamientos
lunes, 16 de enero de 2012
El renacimiento del pollo fénix
Hace no mucho, recibí un comentario que no me dejó indiferente. En él decía que siempre me estaba quejando, que de una hoja en blanco, solo veía el punto negro de una esquina. Es cierto.
Dios sabe que estoy intentando cambiar cada día. Los recientes acontecimientos, dejar Ramses de repente, conseguir entrar a trabajar con Alberto Chicote y concursar para Madrid Fusión, han hecho que mi vida de un vuelco increíble. Tanto en mi vida personal como en la laboral, no doy pie con bolo. Vago de un lado a otro sin rumbo, aunque en realidad lo conozco perfectamente, parece que no quiero seguirlo porque tengo miedo. Nada nuevo bajo el sol.
Este año me plantee varios propósitos que he ido cumpliendo (y éso que acabamos de empezar). Solo me falta dejar de perder el tiempo. Hay una cosa en la que he reparado mil veces, pero lo he dejado correr. Dedicarse a la única cosa en el mundo que te permite desconectar de éste es muy arriesgado. Recuerdo la frase que yo misma recité hace un año... Qué hacer cuando el enemigo está DENTRO... No hay enemigos, solo yo, pero aun no he podido derrotarme...
Y con el tema pollil solo repetiré lo que ya he puesto en facebook:
Con este nuevo plato, un churrón verbenero, iniciamos de nuevo la trayectoria de Diano´s Cook bajo la petición de la seguidora más aférrima.
Se llama el renacimiento del pollo fénix. Simboliza un cacho pollo con lo que intenta ser el arbol en el que está el nido y los huevos de los que nace.
En fin, mejoraré en cuanto tenga humor para ello. Mientras, aun asi, la cocina seguirá siendo mi fuerte acorazado, como siempre...
Se que a lo mejor mi vuelta venía con muchas expectativas. Para mi ésto no es suficiente, pero dadme la oportunidad de empezar suave. Prometo no decepcionarme...