viernes, 17 de mayo de 2013

¿Quieres rollito? De berenjena.

El otro día estaba husmeando por la red, para variar... Más concretamente, estaba cosida a facebook, para variar, y andaba mirando fotos gastonómicas de mis amiguitos, cuando me topé con algo alucinante: berenjena hecha láminas y luego rollitos rellenos de verduras, carne y con salsa de tomate. 

Después de la tarta que hice el otro día, que no se parecía a la original ni en el plato de presentación, ya sabéis que a mi me dais una idea, la violo, la piso, la volteo, la mastico, la escupo (pero todo con cariño, parece peor de lo que es) y sale otra cosa que, por cierto, también está buenísima (no es por darme bombo, pero cuando no lo pretendo, las cosas me suelen salir mejor, sin más, porque no estoy nerviosa, estoy a ver qué sale...)

Así que ahí lo tenéis. Fui de compras, y entre las coles y las zanahorias, mira tu que sitio más raro, encontré un emplazamiento abarrotado de berenjenas. Y, cuál fue mi sorpresa, tres de ellas no estaban podridas, lo cual fue un milagro. Además eran lo suficientemente largas para poder enrollar sus láminas en si mismas, que de éso trataba el tema. Un paquete de jamón de ese "weno, weno" que me gusta a mi, sin venas, gordos blancuzcos, sangre, morados y trozos de cerebro, y unas lonchas de queso sin moho, del que tiene el sabor un poco más suave.

Y ahí estaba yo, con mi cuchillo de 45cm, una tabla de 20 resbaladiza como si no hubiera mañana, cincomil cosas por el medio, y tres berenjenas en plena adolescencia maduril. 
La berenjena. Esa raiz... Digo, fruta... Perdón, ¡verdura! Que tiene esa maldita piel resbaladiza (hacía juego con la tabla) y horripilante... Ha sido muy duro hacer este plato. No duro, ¡resbaladizo!. Éso y que el cuchillo tenía un leve "desafilamiento", hizo que mis rollitos se convirtiera en una tarea propia de InDianos Jones Cook.

Por suerte las láminas tenían que ser gorditas, porque, como el calabacín y las setas, esta verdura tan acuosa, se queda en la mitad de lo que un día fue, si acaso... Y no me confundí... 
En lo que sí lo hice fue en el punto de cocción. Pobre de mi; no queriendo dejarlas demasiado crudas, para ser manipulables al ser tan gordas, me pasé en algunas, y se quedó apurelado aun dentro de la piel. ¡Ni con cocina molecular!

En general, la experiencia mereció unas manos sucísimas y una sonrisa de oreja a oreja con el resultado, así que, ¡genial!


2 comentarios:

  1. quiero una ración!!!!!!!!! ñam

    p.d.: deja de romper corazones!

    ResponderEliminar
  2. ;) Te guardo una ración, no te preocupes! Y tampoco por lo de romper corazones jajaja

    ResponderEliminar