Y
la historia de cómo nos conocimos es rara, pero moderna. Y digo moderna porque
solo hoy en día podría haberse dado así.
El 4 Junio 2009 se dio en el restaurante Akebaso, de
Atxondo, Vizcaya, la final del concurso de cocina saludable que organizaba
Electrolux. El
destino, o nuestras artes culinarias, llámalo ekis, quiso que Alex y yo
coincidiésemos allí.
Pasada la experiencia, mirando artículos del concurso,
aparecieron los nombres de todos nosotros, y le agregué a Facebook para
compartir con él las fotos y el vídeo que ronda internet y que me deja a la altura de un
flan. Y desde ahí compartimos mucho más: vivencias culinarias, recetas y
experiencias, pese a que nos separe media España de distancia. ¿Y en el tema del blog? Es un
verdadero apoyo.
Así que, ¿cómo no me iba a hacer ilusión que aparezca? Os le presento: Desde Alicante, Alexandre
Galvañ.
“Todo comenzó en 2006, cuando cumplí los 18.
Me había dedicado toda mi vida hacer el vago en clase, ¡no
tenía remedio!. En primero de bachiller me tocó repetir, y tras quedarme siete
asignaturas de nuevo, la directora me llamó para hablar con ella y la
psicóloga.
Estuvimos alrededor de una hora charlando sobre mi futuro (me
veía trabajando en cualquier lado, haciendo cualquier cosa que no me interesaba
y muerto del asco…), sin sacar punta al lápiz...
Pero finalmente me preguntó la psicóloga: “¿qué te gusta
hacer en tu tiempo libre?”, “Pues… Me gusta cocinar...”. Con esa respuesta, a
los asistentes al conclave se les iluminó la cara: fue entonces cuando me
prepusieron meterme en la escuela de cocina de Santa Pola.
Era septiembre y, aunque no quedaban plazas, por enchufe de
la directora (clienta de la frutería de mis padres) me pude meter en el ciclo
formativo de grado medio de cocina. Fueron los dos años más
maravillosos de mi vida, por fin estaba haciendo algo que me complacía, me
gustaba estudiar cocina. Además coincidió con mi 18 cumpleaños: carnet y
coche. Parecía que la vida ahora me daba otra oportunidad.
El verano de 2007 seleccionaron a los dos mejores
estudiantes de cocina para trabajar en un hotel cuatro estrellas superior en
Barcelona, y uno de ellos fui yo. Allí aprendí mucho; un tipo de cocina
totalmente diferente a lo que estaba acostumbrado.
Pero el estrés en cocina, la mala leche de mis jefes y el
mal rollito entre compañeros, no incitaba a un ambiente demasiado agradable.
En abril de 2008 hicimos un viaje a Sicilia, donde aprendi
cocina italiana. Fue una experiencia muy gratificante: salir de tu país,
explorar nuevos territorios, y lo más importante: aprender otra gastronomía y
costumbres diferentes a las tuyas. Volvería hacer este viaje una y mil veces.
Al regresar, comenzaron las prácticas. Me llevaron a un
reputado restaurante en Elche, donde conseguí hacerme jefe de partida de
pescados en cuestión de semanas. Me sentía cada vez mejor, me daba cuenta de
que se me daba bien la cocina, trabajaba mucho y curraba como nadie. La gente
me cogía mucho cariño y cada vez quería más, tenía ganas de saber más.
En verano se me cruzaron los cables y, con mi afán de aprender
y progresar en cocina, decidí ir a unos de los mejores puntos de la gastronomía
española: el País Vasco.
En una semana me busqué una academia de cocina, un pisito
compartido y decidí, con mis ahorros, partir a Bilbao un 30 de Agosto.
Ese año fue inolvidable, ya que cambiaron muchas cosas en mi
vida.
En septiembre comencé las clases de cocina, más centradas en
cocina tradicional vasca.
Además de aprender a cocinar, aprendía a comer bien y a
educar mi paladar, hice algo de deporte y bajé 30kg. Ahora si que me sentía
bien y con ganas de seguir adelante.
En mayo, la profesora nos propuso presentarnos a un concurso
de cocina saludable en el que debíamos presentar un plato fácil, económico,
llamativo y saludable.
Acabé llegando a la final gracias a una Purrusalda, típica
de allí, pero en copa y desestructurada. No gané, pero me llevé una experiencia
muy enriquecedora donde conocí además a una niña tímida que comenzaba en cocina,
nuestra Diana.
A las dos semanas del concurso terminé mi estancia en
Bilbao.
Me marché a Murcia durante dos años, donde quise aprender la
parte que más me gusta de la cocina: la pastelería. Me matriculé en el curso de
grado de medio de pastelería, confitería y panadería.
Las cosas no podían ir mejor: cada vez aprendía más y me
interesaba más este mundillo de la hosteleria. Por mi buen saber hacer me
proporcionaron una beca para ir a Nancy, (Francia) y trabajar en la pâtisserie
Musquar.
Me quedé asombrado: jamás había visto una pastelería de esa
envergadura. Era como una joyería: todos los dulces perfectamente
confeccionados, expuestos en vitrinas de cristal como si fueran zafiros o
rubíes.
Los comercios pasteleros son allí otro mundo a parte: se
juega con los colores, las formas, el volumen… Porque primero compramos y
comemos por la vista, y con eso los franceses nos llevan mucha ventaja.
Allí aprendí las técnicas básicas que ellos emplean y afiné
mi punto pastelero.
Al terminar el curso vinieron las prácticas con el campeón
de España de pastelería 2011: Juan Antonio Serrano. Congeniamos muy bien: veía
que yo ponía interés, y se preocupaba por enseñarme, e incluso hacíamos
demostraciones para los pasteleros murcianos.
En verano me envió a con el subcampeón de la World Chocolate
Master. Allí aprendí todo lo relacionado con el chocolate.
Estuve cinco duros meses trabajando horas y horas, hasta que
al final ya volví a casa por navidad como el turrón. Encontré trabajo en un
restaurante y me ocupé de dirigir la cocina.
Al diciembre siguiente lo dejé para estudiar para
selectividad, prueba que superé, y que me dio acceso a mi próximo reto: “Organización
de eventos y protocolo”, siempre relacionado a la cocina, claro.
Esto ha sido una pequeña recopilación de lo que han sido mis
años estudiando cocina. Me han faltado todavía por poner varios trabajos en
otros hoteles y restaurante, he puesto lo básico para no aburrir al personal.
Espero que lo leáis y que os haya gustado. Un saludo para todos.
P.D: ¡¡Estoy buscando curro!! Si alguien sabe algo que me
avise. XD”
Aquí tenemos una historia de afán de superación, de ansia de
conocimientos… ¡Me entran ganas de volver a estudiar! Y de hecho, me gusta
especialmente porque el principio se parece un poquito a mi historia…
Bonita historia, ¡muy bonita! y que demuestra lo importante que puede llegar a ser encontrar lo que nos gusta y lo que podemos llegar a crecer
ResponderEliminar^-^ Sí que lo es, ¡a mi me encanta!
ResponderEliminarBueno, ahi va mi humilde comentario : Brutal, me ha parecido BRUTAL. Tus ganas de aprender, de mejorar de superarte. que voy a decir que no hayan dicho o pensado los demas. Bueno, iré a lo practico: NENE TU VALES MUCHO!!!!
ResponderEliminarUn saludo
Concepció