viernes, 2 de septiembre de 2011

Camareros (I)

Si no pierdes los nervios, has ganado.

Las peleas entre camareros y cocineros, son, desde hace milenios, cosa del día a día.
Asi pues, si véis a un cocinero con un cuchillo, y un camarero gritando como un energúmeno, no os asuste.
El asunto está en la rivalidad que se forma cuando los camareros piensan que son el centro del restaurante cuando no tendrían nada que llevar a las mesas en caso de que los cocineros no cocinasen.

El otro día tuve una gloriosa conversación un tanto subida de tono con una camarera.
Se dedican a venir a la cocina una y otra vez a pedir cosas, quizá ingredientes de carta, vinagretas o salsas de carta, etc. Y estaría bien si fueramos TODOS los que consumiésemos éso. Pero, ¿cómo te sentirías si, cocinando y emplatando todos los días algo que te encantaría comer, no solo no lo haces, sino que encima se lo tienes que dar a otras personas que tampoco deberían poder comerlo?
Ese complejo insano de superioridad que tienen algunas personas, que piensan que el mundo está a sus órdenes...

El sujeto que calificaré como Uno en esta nueva sección, no tiene otro nombre. Verdaderamente ni se cual es, ni me interesa lo más mínimo.

Esta sección va a consistir en SANAR a esa gente enferma de poder mediante palabras y nada más. Se puede conseguir.

PERSONAS IMPLICADAS:
- Persona 1 (sujeto de estudio, camarera de unos 30 años, que hace gala de sus "atributos femeninos" hasta límites desagradables y que pretende ser el centro de atención, pensando que el mundo debe estar a sus pies, y que los demás existen para cumplir sus deseos)
- Persona 2 (cocinero que habla y entiende muy poco de español, de unos 40 años, una buena persona)
- Persona 3 (cocinera que tiene las cosas muy claras y tiene "el culo pelado" de estas historias, de 20 años)

SITUACIÓN:
- 1: Oye 2, no queda comida de personal, ¿me puedes hacer a mi y a otros dos camareros unas pechugas de pollo con una ensalada o... no se, lo que se te ocurra? (Mientras 2 se dispone a sacar ésas pechugas, 3 se precipita a la sala donde come el personal para comprobar si es cierto)
- 3: Para 2, hay comida. Que no le guste es otra cosa, pero haber, hay. (Aparece la primera y segunda de cocina, y ante la situación refuerzan el no de la persona 3.
Al rato 1 aparece fugazmente por la cocina con un plato repleto de comida que estaba guardada en las cámaras de cocina, lugar en el que no puede entrar)
- 1: Oye, ¿me vais a hacer éso o qué? ¿O comemos el plato ése?
- 3: Acaba de decir la jefa de cocina que no os hagamos nada. Hay comida en la sala, suficiente para los tres.
- 1: ¿Ah si? ¿Has ido a mirarlo?
- 3: Si, y la jefa ha comentado que no os hagamos nada, porque hay comida. Además acabas de coger un plato de donde te ha parecido bien y te lo has llevado. Asi que márchate.

- 1: ¿Ah si? ¿Has mirado a ver si hay algo alli?
- 3: Te repito que si, y que la jefa nos ha prohibido que te hagamos nada. (Márchate antes de que las cosas se pongan feas...)

- 1: ¿Pero tu quién eres? ¿Por qué te metes en esta conversación? Estoy hablando con 2, no contigo. ¿Cuánto tiempo llevas aqui, eh? Él lleva más tiempo, sabrá mejor lo que hay que hacer (Empieza a elevar considerablemente la voz, va frente a 3 y comienza a señalarla con el dedo índice en señal de amenaza)
- 3: Te suplico que reconsideres éso. Acabo de hablar con la jefa de cocina. Éso es lo que a ti te importa, y no cuánto tiempo lleve aqui. (Se altera)

- 1: ¡Tu no sabes nada! (Grita) ¡Siempre cojo mi comida a la hora, nunca os he pedido nada! (mentira) ¡Joder, llevo un día horrible, cuando he llegado la barra estaba llena de mierda y me ha tocado limpiarla a mi! ¡Y luego llego y no me dais comida!
- 3: Te repito que tienes comida alli, y acabas de cogernos un plato de lo que te ha parecido... Tus problemas laborales o personales no son de mi incumbencia, solo lo es que no te vamos a dar más comida, porque hay.

- 1: ¡Yo no pienso comerme esa basura! (Ya ha perdido los nervios, y la partida)
- 3: Verás, "esa basura" es la que he comido yo, y la que ha comido él. De hecho es la que ha elaborado él. Lo hemos comido todos, ¿te crees especial? No lo eres. ¿Qué quieres comer? Háztelo tu, en tu casa. Mientras, respeta el trabajo de los demás.

- 1: ¡Pero déjame en paz, joder! ¿Me vas a hacer éso, o no? (mirando a 2)
- 3: Creo que éso ya te lo he respondido...

- 1: ¡Pero! ¡Se lo estoy preguntando a él!
- 3: Márchate. No vamos a prepararte absolutamente nada. Es mejor que te marches. Mírate, has perdido los nervios, te has hundido. Ni siquiera me estás escuchando.

FINAL:
Durante años, has despreciado el trabajo de los demás, hablando solo de lo que tu haces, y provocando en los demás úlceras de estómago por tratar de respetarte y no contestarte lo que todos querrían.
Ahora, te encuentras con una persona que realmente te planta cara, y te has venido abajo.
Es muy fácil ser fuerte cuando todo el mundo te respeta, ¿verdad? Pero la clave está en saber hacerse respetar. Cuando pierdes los nervios de semejante manera en una batalla y empiezas a gritar, lo que gritas a tu enemigo en verdad es "me has vencido".
A partir de ahora respetarás a las personas superiores en rango a ti, por muy jóvenes e insignificantes que te parezcan.
Nunca sabes con quién estás hablando. Será mejor que aproveches esta oportunidad de redimirte.







1 comentario:

  1. ¿20 años y con el culo pelado? Cuando lleve 20 entre fogones ¿cómo lo tendrá?

    ResponderEliminar