jueves, 28 de marzo de 2013

Mi experencia en Etxanobe




12 de Junio de 2009.

Tras un duro primer año alejada de mi familia estudiando cocina, mi premio por las buenas notas conseguidas: una primera visita al Etxanobe para comer.
Ese día comenzó a escribirse mi destino ligado a ellos.

[Cómo olvidar aquellos mediodías, cuando nuestra vida era una pesadilla, en que el tiempo nos daba una tregua de media hora a mi hermano y a mi para ver el programa de cocina de un Fernando Canales entregado a la cocina, con ese halo de relajación y amabilidad que le rodea.
Cuando decidi estudiar en Leioa, jamas imagine lo que vendria despues.]

Y tengo fija la imagen en mi cabeza. Cuando se abrió la puerta de Etxanobe, y alli estaba él.
Tras una comida que no olvidaré en mi vida, habiendo conocido a mi ídolo gastronómico, de aquel dia salio la promesa de volver, pero al otro lado de la mesa: a la cocina.

Un año despues, gritaba a mi tutor de practicas porque no queria llevarme alli. Me negué a ir a ningun otro sitio. 
Dada mi insistencia y desesperación, supongo que realmente vió en mis ojos que no iba a acceder a ningún otro trato. Llevaba dos años luchando duro para que mi media me permitiese acceder al restaurante que quisiese. Y ése era, lo tenía claro. Quería trabajar a su lado.

El primer dia de practicas, cuando Fernando apareció, no me había olvidado. Yo no tenia ni idea de cocinar, pero nunca oi una palabra más alta que otra. 
[Aun recuerdo el día que tuvimos un grupo de cincuenta y él emplataba a mi lado, como un compañero más.
Aun recuerdo el día que me peleaba con un bloque inmundo de caldos envasados congelados que estaban pegados y me enseñó a despegarlos a la manera vasca.
Siempre se preocupó de si estaba disfrutando las prácticas, y de si estaban siendo lo que yo había imaginado. Aunque aun no sabía cómo había conseguido llegar hasta allí.] 

Y mi gran respaldo fue Paul. Al ver las maravillas que hacía, decidi que, por muy dura que fuese la cocina, jamás abandonaria. Queria ser como éllos.
[Aun recuerdo cuando comencé con Dianos Cook, justo cuando aun estaba de prácticas alli, y le llevaba elaboraciones a Paul para que me dijese qué le parecían. Jamás ha dejado de apoyarme, ni siquiera con la distancia.]

Y tras pensar que la línea de mi vida no se desviaba de Bilbao, surgió una idea no del todo equivocada: marcharme a Madrid. 
Creí que ya habia terminado mi camino ligada a ellos cuando, tras pedirles entradas para un evento, recibi aquella llamada. "¿qué tal si vas, pero trabajando para nosotros?" 
Lo tuve claro, era una oportunidad única, y nada podía cambiar que fuera.
Cuántas palabras feas y gritos tuve que aguantar de alguien que no merecia la pena. Mi jefe por aquel entonces me dió permiso en un principio, y me lo quitó a dos días del evento. Me amenazó con despedirme si acudía finalmente al evento. 
Vaya por Dios. ¿Se supone que tenía que elegir entre seguir con la persona que acababa de dejarme tirada o dejar tiradas a las personas que se habían esforzado para conseguir que estuviese en el evento?
Quizá otra persona habría dudado. Pero creo que, salvo en la lucha con mi tutor de prácticas, jamás había tenido las cosas tan claras.
"-Te avisé con el tiempo necesario y accediste a darme permiso. Por tanto, no puedes quitarme el permiso a dos días del evento.
- Atente a las consecuencias de tus actos. ¿Vas a dejarme tirado?
- Éso es lo que tu has hecho conmigo"

No importa cuánto tiempo pase. No importa en cuántos restaurantes llegue a estar. La primera estrella de mi universo gastronómico, la más grande, siempre llevará su nombre.

Y hoy, que preparo mi marcha del pais, y en su casa aun hay sitio para mi recuerdo, quiero agradecer a todas y cada una de las personas que conforman su equipo su dedicación. Especialmente, por supuesto:
- Fernando (por las interminables veces que me ha tendido la mano, por ser un ejemplo y una razón por la que luchar)
- Paul (por su dedicación en hacerme salir adelante, por enseñarme tanto, por demostrarme que siempre se puede llegar más alto, y que nunca hay que rendirse)
- Iñigo (aun recuerdo la primera vez que vi a aquel chiquitín trajeado que pasó por la cocina mientras yo emplataba una selección de postres. El chico tenía un año menos que yo [que ya era joven de por sí], pero apuntaba maneras de profesional. Siempre ha sido para mi [aunque ante él no lo reconocería] un ejemplo de éxito laboral y entrega. De perseguir lo que quieres hasta que lo consigues.)
- Iago y Karmelo (por aguantarme en cuarto frío y pescados y no arrancarme la cabeza por las cagadillas que hacía, por enseñarme a ser ordenada y seguir un patrón, pero a la vez divertirme haciéndolo.)
- Javier I. (por ayudarme en aquel concurso locura a no pegarme un tiro, por ser otro de mis ejemplos a seguir, por abrirme las puertas de Tamarises, por ese cariño que le tiene a la cocina.)
- Aritz (por demostrarme que por muy lejos que te vayas, siempre puedes volver a casa, y que hay que arriesgar para llegar lejos.)
- Mikel (por tener esa prucendia, esa paciencia y ese buenhacer. Un gran profesional)
- Zigor (por ese humor inagotable, por los comentarios que me hacían sacar una sonrisa)
- Raquel (por ser tan dura en las prácticas, y hacerme ver que las cosas no iban a ser fáciles, y que no por ello tenía que rendirme.)

Por todo éllo y mucho más, Etxanobe siempre ha sido, es, y será, mi lugar favorito de referencia, tanto en Bilbao, como en España.
Con todo el cariño que me han demostrado, he escrito este post. Un abrazo a todos.

sábado, 16 de marzo de 2013

Goa Music Club con Miguel Perez, Plaza de la Rinconada, Valladolid


Hoy os hablamos de los cócteles y la noche en Valladolid. 
Y tratándose del día de hoy, y de esa mezcla, solo podemos estar hablando de Goa y Miguel Pérez.


Quizá esos nombres os suenan vagamente, o os recuerdan que tenéis sed. Una vez habéis hecho palomitas y os habéis traído un refrescante refresco junto al ordenador, seguid leyendo, porque esto os va a interesar.

Habiendo recorrido parte de la geografía Española, echaba en falta aquí en Valladolid una coctelería decente o, cuando menos un "lugar de luces oscuras en el que tomar un cóctel con una decoración moderna y buena música.".
Hace no mucho, dando un paseo por estas tierras, descubrí un garito que llamó mi atención: haciendo esquina en una plaza del centro de Valladolid. Se llamaba Goa, y tenía una escultura a tamaño casi real de un caballo negro. Vaya por Dios, tenía que ir allí.


Al final, conseguí arrastrar a un amigo de fuera del círculo coctelino hasta el sitio en cuestión, y ambos quedamos tan sorprendidos, como la situación merecía.

Garitos de este tipo, no suelen dar la talla, y no me pidáis ejemplos, porque todos sabemos a qué me refiero: camareros lerdos que te escupen, en un sitio en que las posibilidades abruman a alguien que vea un poco más allá de un buen cuerpo en forma de camarero manco. Pero NO es el caso de Goa.

Ante mi sorpresa, un par de camareros entregados a su trabajo, pendientes del cliente, y muy amables, que incluso se molestaron en mostrarme un jarabe por el que pregunté (por si os interesa, era algo asi como de almendras, tengo una foto por ahí en mi archivo privado, jaja)

Tras esta primera y grata experiencia, cómo iba a perderme un evento como el de la fiesta temática Tiki, y más tratándose de mi buen amigo coctelero Miguel Pérez, al cual conocí en Museo Chicote, en plena Gran Vía Madrileña.

     

Mucho darle a la lengua, pero todos os estaréis preguntando que es éso de Tiki. No os preocupéis, yo tampoco lo sabía. Pero investigando, he adquirido el conocimiento de su procedencia, o sin hablar como si tuviese un nudo en la lengua: el movimiento Tiki viene de EEUU, donde un señor muy majetón abrió un bar al estilo polinesio. Le motivaba el ron, así que se hicieron unos cuantos cócteles con base a ello, y de allí salió el Mai Tai (ron, lima, curaÇao de naranja...), el Zombie (3 rones, brandy, 3 zumos tropicales, jarabe [los que lo han probado lo califican de "devastador"]...), el Fogcutter (ron jerez, coñac, ginebra, naranja, limón). Y los demás tienen nombres muy raros jajajaja.
Básicamente, como veis y he visto en el resto de los cócteles, la base es de ron y algún cítrico con algún sirope. Éso lo ponen en un vaso en forma de tottem con cinco mil pajitas, y lo tomáis en Hawaii en una tumbona :D

Una vez metidos en materia, os pongo en situación: un abarrotado Goa se abre (o más bien se abre la puerta, porque yo la empujo) ante mi y accedo a la barra, donde encuentro con esa sonrisa cautivadora que siempre luce, a Miguel.
A uno de sus lados, su particular Tiki mise-en-place (en la foto que abre el post), y al otro una minipecera (mini de una grande, maxi de una pequeña) con un ponche muy especial, que desde luego encajaba para ir abriendo boca para lo que vendría después.

Tras comentar las novedades en la noche Vallisoletana y Madrileña, que en aquel momento estaban un poco fusionadas, procedió a mostrarme el primero de los cócteles que degustaría. Si tuviera que describirlo, lo haría con la palabra "piruleta". Me sorprendió reencontrarme con el famoso jarabe que había hecho las delicias de mi paladar una semana antes. Segun el camarero aquel día, podía recordarme a "Amaretto". Y así era, me transportó a aquella gelee de amaretto que servíamos con el merengue de sanguina y el arroz de calabaza y bacalao. 

La noche siguió como había empezado: con buen ambiente, con reencuentro constante y con buena música. Digno de repetirse. Y de hecho, para todo el que quiera, Don Miguel repite hoy en la ciudad de Zorrilla, esta vez en Cameo.