miércoles, 27 de julio de 2011

Re-vuelta

Muy buenas tardes, queridos amigos y amigas.

Hace más de un año, cuando empecé con el blog, me prometí a mi misma que no lo dejaría por nada. Pero las cosas se han ido poniendo cada vez peores para poder continuar, desde el Arizona y hasta el día de hoy. Todo son excusas, claro, porque al final podemos sacar tiempo de quitarnos otras cosas.

Esta experiencia que he vivido, estos seis meses desde Enero, todo el empeño, las entrevistas con proveedores, los caterings... Todo me ha hecho madurar como cocinera y persona en un ámbito un poco más solitario y diferente. Pero ha merecido la pena.

Estos meses he estado esperando. Esperando a marcharme de Bilbao para poder empezar de nuevo en Madrid.
Durante todo el mes que llevo aqui y ya desde antes, desde que conocí su cocina, he tenido claro que no quería trabajar con nadie que no fuese "él".

Las cosas se han torcido cada vez más, y me he acabado dando cuenta de que quizá, para llegar alli, primero tenga que alcanzar un nivel superior, asi que no dudé en aceptar varias cosillas que han ido viniendo por el camino.

Una vez situada dentro, como él mismo me dijo, todo es mucho más fácil.
Ahora se que no tengo que rendirme con ésto como no me rendí con el Etxanobe, que tengo que luchar hasta que llegue el momento en que me acepte entre sus filas y se cumpla uno de mis sueños.

Mientras, ayer volvía a los fogones, tras la nefasta experiencia en otro restaurante de por aqui, esta vez en el Bistró Ramses. Parece que pasaré una temporada entre sus paredes.
En medio del servicio fui consciente de que hasta el jefe más horrible del mundo, el que más te haya podido fastidiar, te ha enseñado algo.
Mi estancia en Kikara fue de mal en peor; no podía aguantar ni la presión ni la organización nula que alli había.

Pero ayer, en un golpe de mierda en el servicio, miré la partida... Paré... Y limpié y ordené. Pude ver a Bruno tras de mi diciendo: lo más importante es que todo esté limpio y ordenado para que puedas trabajar en paz.
Bruno me enseñó a luchar, a seguir aunque la mierda te cubriese, a ser limpia y ordenada, a que la bayeta me ocupase siempre una de mis manos, a que la perfección nunca se alcanza, que nunca es suficiente.

Quizá hay cosas que solo se ven cuando te marchas y olvidas otras que anulaban las primeras... Que siempre hay algo bueno en cada persona... y solo tenemos que encontrarlo.

Dado que ahora no me veo con tiempo, hasta que ésto se normalice un poco, para hacer platos, os iré contando mis experiencias restaurantiles hasta donde pueda para manteneros al corriente y que no os olvidéis.

Solo deciros que mi vuelta fue esplendorosa, sentí como me completaba, como me llenaba y me sentía totalmente bien. Todos estos meses separada parcialmente de la cocina han sido horribles, necesitaba de verdad un golpe de mierda servicil para volver a ser quien soy de verdad.

Bienvenida de nuevo, Diana :)

1 comentario: