viernes, 22 de junio de 2012

El puñetero brownie

Hoy seré breve, porque el aprendizaje ha sido contundente.

Recuerdo con horror el día que variamos la carta por primera vez. Los postres eran un tanto peculiares, y las pruebas que me endilgaron fueron, una tras otra, un fracaso.
Nada tenía el aspecto que debería, y tuvimos que arreglarlo.
Una persona, a la que desprecio con todo mi corazón, decidió que uno de los postres se podía mejorar de una manera que lo hacía mucho más insano de lo que ya de por si era (azúcar, mantequilla, más azúcar, y aun más mantequilla). Yo propuse cambiar la receta, razón por la que estaba con ese aspecto tan súmamente ponzoñoso, y no fui escuchada.
Tal vez os parezca una bobada, pero me dolió treméndamente... Ver que al cabo de dos semanas, fue esa persona quien pidió cambiar la receta, y se hizo...

Chichi penetrado y afrancesado
Hoy me encuentro ante la situación de entrar a las 11.30 de la mañana (el servicio empieza a las 12) y teniendo que hacer un brownie y hornear hojaldre. Suerte suertísima que tengo un bendito compañero que se estaba peleando mientras tanto con la sorbetera que se dedica a vomitarnos helado por cada uno de sus orificios.
Sin recordar si el hojaldre que va asi tal cual, hay que fermentarlo o no, olvido ponerle peso y queda de nuevo con formas divertidas, como cuando intenté cortar granna padanno en rajitas y organicé una batalla campal en la que aun sigo sin saber si ganó él o yo...
El brownie, por otro lado, queda fantástico, con un chantilly de fresas hecho al momento.
Los emplatados han sido múltiples, hasta que hemos conseguido dar con el menos feo... Hemos pasado por la fase de "chichi penetrado", "afrancesado", "algodonoso" y por fin... El único que ha merecido un par de miradas en vez de gorgeos pre-vomitorios.

Al cabo de un servicio verdaderamente nefasto, en el que cortaba chorizo, salchichón y lomo ibérico al lado del brownie y la chantilly en manga con boquilla rizada, que hasta se ha alisado del disgusto... Una bronca por lo mismo de siempre, que me ha demostrado que no soy la única que se siente escupida cuando...

"Tratas de hacerlo lo mejor posible y siempre hay alguien que viene a decirte que lo haces mal. Cómo lo haría esa persona a la que no has pedido opinión."


Acabado final
Mucha gente, que ahora lee estas líneas, estaría encantada de escuchar opiniones que contradicen lo que ellos hacen, estoy segura. Estarían encantados de que una vez tras otra hagan valer una mierda lo que tu consideras que haces con esfuerzo y tesón. Y estarían encantados de sonreír de oreja a oreja alguien que se cree permanentemente mejor que tu, aunque en su puesto de trabajo no de la talla... Supongo que tiene que ir a otros, donde no se mida su valía, para intentar así demostrarla.
Esta vez no he sido yo la protagonísta. Pero he estado presente en el altercado, he escuchado ambas versiones, y he llegado a la determinación de que hay que medir muchísimo las palabras, y quién se lo dice a quién, porque lo que trata de ser un consejo, puede convertirse en el peor de los errores ofensivos...

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