miércoles, 27 de abril de 2016

La vil abuelilla

Bueno, aqui estamos un día más, esta vez con tildes y Ñ... Es lo que tiene conservar un teclado español... Pero el de la tablet por desgracia es un poco basuril y no tiene ná. Como es tan pequeño, mis dedos morcilliles, acostumbrados a este monstruo, tampoco escribo muy bien. De hecho... Si, ahora vuelvo, voy a tirarlo por la ventana.

Vale, ahora si, a seguir con el tema de hoy. Hoy quería hablar de algo que me lleva taladrando la mente mucho tiempo, y ayer ocurrió un ejemplo de ello. Y es como, cuanto más quieres hacer por la gente, muchas veces, más se ríen y escupen en tu cara. Por suerte no ambas cosas a la vez, porque, por si no lo habeis probado, no puedes reirte y escupir a la vez. Sería asqueroso, de todas formas! Vamos a concentrarnos en el tema, por favor, que si no acabo hablando del color de mis bragas. Y de hecho, ni siquiera me doy cuenta cuál es.

Asiii que volviendo al tema... Mi compañera "la que me odia" y yo, solas en el restaurante, con el jefe que me mandó a Stratford contándome la película de qué maravilloso iba a ser, y yo (otra vez, había dos yos), solos ante el peligro. 
"Bah, esta semana no ha habido ni chus en el restaurante, super aburrido, no se queee" Acto seguido, se oye la alarma esta como la de los bomberos, y una voz masculina muy grave diciendo "Alerta, alerta, alguien ha dicho "aburrido""...
Y claro, veinte autobuses y un par de aviones aterrizaron en frente de la puerta del restaurante, y vinieron a comer (los pasajeros, claro). 
Si es que nadie aprende en este sitio... Tan pronto como mandas a media plantilla a casa antes de tiempo (a quien se le ocurre, justo antes de la hora de comer), te viene la estampida del Rey León a llenar el restaurante.

La fiesta es que como mi adorada compañera quiere verme sufrir (creo que aun no he explicado porqué, tendrá que ser mi siguiente entrada), me sentaba mesas de las que sabes que van a dar problemas. 
Y no hablo de razas, colores, niños o edades,.

Hablo de que un grupo de tres se quede mirando a traves del cristal de la puerta durante cinco minutos, abras y preguntes si quieren que les abras la puerta con rampa (venian con sillita de bebe incluida) y que digan que no. Que entre una de ellas y pregunte cual es el nombre del restaurante (???) y que se de la vuelta y se vaya. Que vuelva a entrar a pedirme que la abra la puerta con rampa, que entren todas y se queden a la entrada, sin contestar a mi pregunta de cuántas eran, para darles una mesa.
Que vuelvan a salir, la mitad por la puerta normal y la otra mitad por la de rampa, sin decir ni mu, y dejandome ahi con veinticinco menus en abanico a punto de desmayarme de aburrimiento.
Mirar fuera un cuarto de hora despues y que las señoras sigan ahi.
Que vuelvan a entrar y pidan una mesa de cinco, aunque son tres. Que juntemos unas mesas para sentarlas y que esperen a que esté todo preparado para que digan que no se quieren sentar ahí.
Que las pregunte por vez 25715 si quieren una sillita de bebe y sigan sin contestarme. Que coño, ya se que no hablas muy bien ingles, pero por el amor de dios, por lo menos muestra un poco de interes por la persona que te va a dar de comer, a ti y a tu familia de personas... raras XD

Qué más da, si todos sabíamos que después de toda esa parafernalia se iban a sentar en mi sección, porque a la otra no le podía importar menos el asunto. Con tal de meterme en la mierda y quedarse ella con todas las "buenas mesas" a sus ojos... Parece mentira que despues de todo esta tiempo aun no haya entendido que las apariencias engañan. Como ella, que parecía adorable cuando la conocí y es un coco.

Después de horas y horas en esa mesa (al final tuve suerte y alguien que hablaba ingles llegó a la mesa, y ya no tuve que hacer más señas, aunque desde que ella llegó, las demás parecieron aprender ingles de repente...¬-¬), me llegó la señora de la que quería hablaros desde el principio, pero si no me enrollara como una persiana, no sería Diana (haré unas camisetas con ese eslogan, si alguien quiere encargar alguna).

Total, que la abuelilla se sienta en una mesa ella solica, toda adorable y ya me acerco a ver qué va a ser.
Empezamos con el típico vaso de agua. Yo soy de las típicas de vaso de agua, porque no quiero meterme bebidas con cinco kilos de azúcar, y normalmente no bebo alcohol. Pero en términos generales pedir un vaso de agua y nada más significa: 
1, no quieres gastar dinero 
2, no estas interesado en venir a comer fuera, te ha pillado la situación
3, no quieres gastar dinero
4, no estas interesado en el restaurante en el que estas
5, no quieres gastar dinero
Como camarera, y como comprendereis, a mi me la sopla si el cliente quiere gastar dinero o no (aunque con una media de propinas de 10% sobre el total de la cuenta, a veces no me la sopla tanto), pero no es tanto el hecho de cuánto dinero va al restaurante (o a mi bolsillo), si no lo que va a suponer. Y paso a explicar.

Cuando tienes menus del dia y cosas de ese estilo, siempre tendras el típico "y no podrías hacer..." "y no me podrías cobrar..."
Total, que con todos los menús en la mesa, la señora abuela me dice que no ve ningun "champiñon" en la carta. Y yo pienso, coño, el restaurante esta sucio y a veces un poco húmedo, pero tanto como para que crezcan champiñones... "Risotto de champiñones" Ah... Vale vale.
Pues nada mujer, no se preocupe que le hacemos uno.

Si si, la muy pécora comiendo el risotto como si no hubiese mañana, mientras preparaba su toque final. 
Voy a la mesa con toda mi buena voluntad (lo que quedaba de ella entonces), con la carta de postres y me suelta:
"No no, yo estaba haciendo el menu del día". Y mientras camino a por él, pienso... "No hay ningun risotto en el menu del día". Asi que la digo éso, que no me tangue, y la muy super pécora me dice "Claro, te dije que no veía ningun risotto de champiñones y que si me podías hacer uno, pero en el menú del día" 
Y ahí ya se acabó.
"Me dijo usted que no lo veía en la carta. En el menú del día son las opciones que son, no lo que usted quiera"
"Ya pero yo te pregunté..."
Pécora. Pécora más que pécora, poniendo palabras en mi boca que yo no he dicho. ¿Y quien tiene la razón? YO. 
...Quiero decir, ella, claro. Sin pagar el postre, y todavía cuando se va me dice que soy estupenda y que trabajo muy duro. Y yo pensando que trabajo muy duro para no asesinar a gente como ella, que se pasa cinco pueblos y que se piensa que se puede salir con la suya. Porque de hecho, puede. Mierdaaaaaaaaaaa. :)
 












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