viernes, 27 de marzo de 2015

Apariciones fantasmagóricas

Asi es. En el restaurante a veces tenemos fantasmas. Y me refiero por supuesto a algunos de mis compañeros, que de vez en cuando incluso aparecen por sus secciones a cuidar de sus mesas.

Una de las cosas que espero poder no echar de menos, porque no ocurra asi, es el "me voy a fumar un cigarro" en medio del servicio, tu con 25 mesas y ellos con otras 25 pero "no necesitan nada" solo marchar segundos, tomar comandas de postres, recoger platos sucios, tejer calceta, hacer un mortal hacia atras con doble pirueta a un lado y malabarismos con las cebollas/pimientos esos apestosos que tenemos en la mesa de ocho para decorar.

Qué pesadilla, de verdad. Y pensar que a veces yo tengo que llevar pañales para no tener que ir al baño, ponerme un suero para no tener que comer, y una mascarilla de oxigeno en caso de que este estresada. Pero cuando especialmente a una señorita le apetece irse a sentar a la terraza a tomar un cafe y fumarse un cigarro de veinticinco minutos, ahi que el mundo se detenga.

Pues el otro dia nos pilló la caca otra vez, no os penseis. Martes por la tarde, llego a las cinco y no había ni un alma.
Pero mi compañera llegó a las seis y trajo el caos consigo.
Parece que habian puesto una pancarta en la plaza diciendo que habia un espectaculo de malabarismos en el restaurante, que habia que asistir.
Yo solo se que teniamos una mesa de doce reservada, y que las otras veinte mesas (entre otras una de ocho) que aparecieron en procesión... Leyeron el cartel.

Y todo iba "bien" con mi carrito de oxígeno portatil, hasta que una rueda se rompiò.
Y es que cuando sientas diez mesas a la vez, las comandas que tomas se pueden traspapelar o hacer un lio. Sobre todo si los clientes deciden pedir todo al reves, primero unas bebidas, luego los principales, luego los entrantes, luego vino. Y el pobre vino, pues se fue.

Y claro, como la empatía no existe, para que vamos a ser joviales y decirle a la camarera que "se te ha olvidado el vino?", mejor la torturamos siendo unos rancios y diciendo "todavia estoy esperando el vino".

Despues de pedir perdón veinte veces (mi error), malas caras durante toda la comida, malas contestaciones y llamarme cada dos minutos porque acababan de vaciar un vaso y "esto me eata molestando MUCHO en la mesa" empujandolo contra mi tripa.

Tras el delito de haberle puesto un cuchillo con una mancha, casi me apuñala con él por osar, levanto los platos y pregunto que tal todo.

Bueno. Esta claro que cuando pregunte que que tal todo nada mas poner los segundos, no me oyeron, porque todo estaba bien, hasta que ya no se podia solucionar y todo era horrible.

En la copa de vino habia corcho, la copa no estaba fria, la carne estaba demasiado hecha, la porcion de pasta era muy grande el cuchillo estaba sucio, no recoges los vasos... El feliz dia en el que iba a renunciar, y en el que queria/creia que todo iba a ser perfecto, y de repente me vuelvo un demonio del infierno que no sabe ser camarera.
Estoy segura de que ellos lo harian mucho mejor. Lo raro es que no se quejaran de que no segui el protocolo al servirles, porque el que estemos en un bistrot de seis libras el plato, no hace que no tengas que tratarnos como si fuera michelin star.

Pues no.
Si quieres ser tratado de michelin star, pagas el precio de un plato aqui, por diez, y estoh segura de que no encuentras un cuchillo sucio o un trozo de corcho en el vino (o porciones grandes), pero desde luego si tratas asi al camarero, estoy segura de que la espuma que encuentres en tu langosta, no va a estar hecha con lecitina.

Pero sin rencor.

Besis xx

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