Sinceramente es una mierda de plato, ya me vais a perdonar, pero era por comer algo que no fuese pasta a solas.
Estoy muy triste. Ayer se cumplió la predicción de una persona muy allegada a este blog: las críticas culinarias iban a traer cola.
No merece la pena nombrar a la persona que hizo que eso se cumpliese, pero alguien me mandó un sms, porque ni siquiera tuvo los huevos de llamarme, poniéndome a caer de un burro por su crítica, alegando que "le gustaría saber donde trabajo" y cual es mi "eStensa experiencia" en cocina como para poder criticarle. Pues verás, querido amigo, las personas que van a comer al local donde "cocinas", no son cocineros y hacen críticas igual, aunque no las escriban.
Y hablando de escribir, deberías aprender a diferenciar entre "tipo de lenguaje" y "ortografía", ya que tu careces de cualquier cosa parecida a una ortografía correcta... Yo se escribir, pero utilizo un lenguaje coloquial.
Yo no dije en ningun momento que seas un mal cocinero, quizá ese día estabas manco, a todos puede pasarnos. Solo que yo critiqué tu comida, no a ti.
Pero cuando lo llevas a lo personal menospreciando un trabajo el mío, que ni siquiera conoces, te estás llevando a ti mismo a un terreno más que pantanoso.
Si tus platos no saben a lo que deberían y estas frustrado, no lo pagues conmigo.
Si te quedas a gusto diciendo toda esa sarta de cosas hirientes sobre mi, de acuerdo, pero te recuerdo que no soy yo la que ha dicho que es una buena cocinera, ni siquiera lo pienso. Pero no puedes decirlo y hacer una mierda de platos de la categoría de los tuyos.
Espero que algun día os deis cuenta del daño que podeis hacer con las estupideces que se os ocurren. No os preocupeis, cocineros bilbainos que tanto me "apreciais", os queda dos meses de aguantarme, si acaso, y no volvereis a oir mi nombre...
Si alguien me juró un día que no volvería a encontrar trabajo aqui, yo digo que tampoco lo quiero. Estoy más que harta de las envidias y los celos, de la prepotencia que os caracteriza. No soy una trabajadora, soy una persona, y si no podeis entender eso, no conteis conmigo en vuestras cocinas.
Mil veces he dicho que los grandes cocineros, a salvedad de gloriosas excepciones, se están volviendo estúpidos porque se creen guays. Hace tiempo me afectaba. Ahora quiero pasar de eso y concentrarme en mi carrera.
Mi maestro, mi padre culinario, está tan solo como yo y ha llegado tan lejos como él ha querido y como sus conocimientos culinarios le han permitido. Él nunca me ha menospreciado y me ha ayudado en todo lo que ha estado en su mano. Por él es por quien sigo luchando cada día. Y si, mientras, vosotros quereis cascárosla mirando vuestros platos y escupiendo los míos, hacedlo. A mi me gustan y me quedo con éso.
Con cada crítica deberíais haceros más fuertes y currároslo más y no tener una pataleta... Supongo que eso es lo que nos diferencia.
Un diez.
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