domingo, 17 de abril de 2011

Solomillo calentito y frutas refrescantes

Aqui os muestro un plato de contrastes.

Ahí donde mi querido frigorífico estaba pelusilmente vacío, he decidido sacar un solomillo porcino que llevaba acompañándome desde diciembre en las sombras del congelador.

Recordemos que el otro trozo lo usé cuando alimenté a mi familia en Navidad.

Asi pues (parece que me gusta empezar todos los párrafos con A), hoy, día de verano en toda regla, soleado y calurosón (menos en mi casa, que por alguna extraña razón siempre cuelgan témpanos del techo...), he decidido coger la sarten por el mango (o por el maracuyá, según como se mire), le he echado un chorrete de aceite y me he entregado al milenario oficio de planchar solomillos.

Claro, éso va en caliente, asi que qué mejor que acompañarlo con una salsa anaranjada con mi amado licor triple seco, que al fuego carameliza a la par que desglasa la sartén y le da un regustillo exquisito, y unos gajos de pomelo y naranja sanguina que aun resisten en el cajón frutal del frigo.

Dejamos empapar un trozo de pan sin sal en el juguillo, nos lo metemos en la boca... Presionamos y el jugo es expulsado en torrente... Increíble sabor... Caliente, frío... Amargo, ácido, dulce, solomillo (es un nuevo sabor)... Dejad que os rodee esa sensación de... de... Tengo que dejar de escuchar Enya mientras escribo, parezco un monje hembra...
Espero que lo probeis!!!

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